
El mercado laboral parece estar más abierto que nunca y al alcance de cualquiera que tenga un smartphone y un currículum a mano. Sin embargo, es una de las actividades donde más claramente se evidencia la desigualdad de género. No solo es el sueldo, las condiciones de trabajo o las probabilidades de promoción, sino también la forma en que se redactan las ofertas de empleo que se publican.