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El derecho a trabajar de las personas con síndrome de Down

Que las personas con síndrome de Down tienen derecho a trabajar, al igual que cualquier otro ciudadano de este país, es algo que hoy por hoy nadie discute. Pero si echamos la vista atrás podemos comprobar que la incorporación al mundo laboral de este colectivo en particular y en general todos los colectivos de personas con discapacidad es un asunto muy reciente y, sobre todo, que es algo que se han ganado ellos mismos a base de grandes dosis de trabajo, constancia y empeño.

Si echamos la vista atrás, podemos comprobar que la incorporación al mundo laboral de las personas con síndrome de Down es muy reciente y, sobre todo,  algo que se han ganado ellos mismos a base de grandes dosis de trabajo, constancia y empeño

Este hito lleva aparejadas multitud de consecuencias positivas: una mayor integración social, la promoción de la autonomía personal y el hecho de que puedan sentirse ciudadanos de pleno derecho. Pero al mismo tiempo implica que estas personas están también sujetas a los ciclos económicos del país y que si existe un aumento alarmante del desempleo como aplica a nuestra precaria coyuntura económica actual, este colectivo lo sufrirá como el resto de la población.

El problema se presenta cuando, analizando las cifras de desempleo, observamos que el sector de la discapacidad sale peor parado que la media nacional. Este es el caso de las contrataciones realizadas en 2012. Si las comparamos con el año previo podemos observar que la contratación general ha descendido un 1,33%, mientras que la especifica de personas con discapacidad lo ha hecho en un 1,73%, (Fuente: Estudio del SEPE). Esto demuestra que se ha contratado a menos personas con síndrome de Down y que, en consecuencia, este colectivo se encuentra en una situación aún más vulnerable que el resto de la población.

Es por ello que se torna urgente reclamar mejoras en el marco de las políticas activas de empleo que ayuden a resolver la situación de precariedad en la que se encuentra el colectivo. Se deben diseñar planes formativos que se adapten a las necesidades y posibilidades de las personas con discapacidad, implementando itinerarios individuales de inserción.

Esto permitirá dar una mejor respuesta a la situación particular de cada persona ayudándola a mejorar su empleabilidad y dotándola de los apoyos que sean necesarios para conseguir que su situación sea, al menos, la misma que el resto de la población y que no sufra una discriminación laboral por el hecho de tener una discapacidad, en este caso, síndrome de Down.

Solo así conseguiremos que el derecho a trabajar sea igual para toda la sociedad.

Articulo realizado para Empleoytrabajo por D. Pedro Martinez López. Asesor de empleo de Down España.

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