El paro subió en casi 700.000 personas con respecto al 2011 y la cifra total rozó los 6 millones de parados, según la encuesta de población activa (EPA). Desde que a finales de 2007 se empezasen a notar los primeros síntomas de aquello que alegremente fue denominado por algunos “desaceleración económica”, ha terminado por convertirse en la mayor crisis económica desde hace 60 años. Si el Gobierno saliente pecó de incompetencia y no supo gestionar a tiempo un problema gravísimo por motivos electoralistas, el Gobierno entrante, tras un año en el poder, no ha sido capaz de dar soluciones reales.
Desde el principio se ha intentado enfocar todo el trabajo en contener el déficit desbocado del Estado. La teoría es muy sencilla: recortes para reducir el déficit y una vez que este estabilice, crecimiento económico que traiga reducción de desempleo. El problema es que aun nos encontramos en la fase I, y los recortes siguen llegando mientras el paro llega a cifras surrealistas. Ya no puede crecer mucho más. Pero, ¿cuándo bajará?
El Gobierno se encuentra en su peor situación desde que inició su mandato. Tras más de un año en el poder, su mayoría absoluta palidece. Y lo hace no tanto por cuestiones ideológicas, sino por objetivos no cumplidos. España es un país entregado al bipartidismo. Cada cuatro años, u ocho, PP y PSOE se reparten el poder, mientras los ciudadanos de uno u otro bando se entretienen discutiendo. La corrupción en ambos partidos, y en la mayor parte del resto de organizaciones, está acabando con muchos militantes y simpatizantes. Pero hay siguen y seguirán.
Mientras tanto, 2013 no será el año de la recuperación. Así los creen la mayor parte de instituciones internacionales. Por ejemplo, el Barómetro de Empresas del diario El País señala que los empresarios españoles consideran que estos 12 meses continuarán por la senda del año precedente. Solo en 2014 se atisba el ansiado crecimiento económico. Será el séptimo año de crisis. Para muchos ya será tarde.