Por ello, tú objetivo debería ser convencer al entrevistador de que eres el candidato idóneo para esa posición. Es fundamentala resaltar tus cualidades y sobre todo tener confianza en ti mismo. En una entrevista de trabajo siempre tienes poco que perder y mucho que ganar pues puede significar tu siguiente empleo.
Los 10 errores más comunes que se suelen cometer en una entrevista de trabajo
- No saber venderse desde el principio. Y es que es muy importante convencer desde el primer minuto que eres el candidato ideal. Se trata de conocerte bien a ti mismo, conocer tus fortalezas y dejarlas claras a la otra persona. Esta es la respuesta a esas preguntas del tipo “¿Cómo te definirías a ti mismo?” que te pueden dejar en blanco en una entrevista.
- No conocer nada de la empresa que te hace la entrevista. Qué menos que cuando te llaman de una empresa, informarte acerca de esta. Si un entrevistador te pregunta y no sabes qué responder, la imagen que queda es mala porque denota poco interés por los que podrían ofrecerte un empleo.
- Responder inadecuadamente a preguntas comunes. Algunas cuestiones se suelen repetir en las entrevistas, así que muchas ocasiones ya sabes a qué tipo de preguntas te vas a enfrentar. Lo ideal aquí es prepararse bien para no responder lo mismo durante el transcurso de tu entrevista.
- Ser poco natural. Este es uno de los puntos que que nos jugarán peores malas pasadas. Cuando enfrentes una entrevista de trabajo, relájate. Tener un puño cerrado, mover la pierna constantemente o tener una postura rara son puntos de los que rápidamente se percata un entrevistador.
- Hablar mucho de lo que quieres y poco de lo que puedes ofrecer. En las primeras entrevistas evita hablar mucho de lo que quieres. Céntrate en comunicar bien lo que tú puedes darle a la empresa y no tanto en las condiciones que te van a ofrecer.
- Dar respuestas demasiado largas y poco fundamentadas, o por el contrario que sean demasiado cortas. Se debe ser concreto y directo, pero recuerda que debes parecer el candidato ideal y destacar lo mejor de ti, argumenta siempre que sea posible tus respuestas.
- No sonreír y no mantener contacto visual. Y es que hay personas que piensan que deben aparentar una imagen seria y formal. Una sonrisa en la cara y mantener la mirada en los ojos del entrevistador siempre denota confianza y un carácter afable.
- No destacar las habilidades que busca un entrevistador. Estate atento e identifica qué es lo que busca esa persona en tu perfil, si lo consigues te será posible incluso modificar tu estrategia en la entrevista y conseguir mejores resultados.
- Enfadarse o darse por vencido a mitad de una entrevista. En ciertas ocasiones el entrevistador podría llevar la entrevista a una situación incómoda para comprobar cómo se desenvuelve el candidato en según qué circunstancias. Manten la calma y nunca pierdas el control.
- Dejar que la entrevista acabe mal o de una forma poco correcta. Nunca descuides el final de una entrevista, se recomienda preparar las frases que quieres destacar para el cierre de una entrevista. Podrían ser por ejemplo las que recuerden por qué quieres ese trabajo o por qué eres la persona más óptima para el puesto. Mostrar agradecimiento por la oportunidad de la entrevista, estrechar la mano al entrevistador/a y desearle un buen día también son más puntos a tener en cuenta.